martes, 14 de septiembre de 2010

La luna entre dos palmeras.

Ya ha pasado el atardecer pero todavía con algo de luz, se oyen a los grillos. Aunque hoy no es uno de los días más calurosos de Sevilla.
Puedes ver la luz de los coches y de los semáforos, cambiar y avanzar. Como el agua de las fuentes de Gran Plaza, indemnes al calor, al tiempo y al tráfico, siguen brotando de los grifos. Y con su, más o menos, cristalina agua te dan ganas de zambullirte en ellas.
Pero hoy con el atardecer ya casi terminado, en la parada del bus, lo que me apetece mirar es la luna. Esa luna tan brillante a pesar de ser luna creciente, entre dos palmeras.
Pero alguien se ha puesto delante de la luna. Un cabello negro, ni muy largo ni muy corto, que parece seda por lo liso que es, me quita la vista O al menos podría moverse para poder verla desde otro ángulo porque de espaldas no es tan divertido verla.
El perro que lleva le ladra, por lo que parece quiere mimos. Se agacha y empieza a acariciarle las orejas. Entonces aprecio que tiene desde el hombro hasta el codo un tatuaje, un tatuaje de flores. No sé qué flores son, pero si sé a ciencia cierta que no son rosas. Eso seguro.
Están policromadas, coloreadas, pintadas, cualquiera de esas posibilidades, muy llamativamente. Pero no queda mal.
Además al contrario de lo que pueda parecer ella parece bastante normal, uno vaqueros y una camiseta de tirantes blanca. No lleva nada más en el cuerpo, a simple vista.
El pelo es muy erótico, con su piel bronceada y su tatuaje.
Se gira hacia a mí, se ha dado cuenta de que la estoy mirando.
-¿Cómo se llama el perro? - Pregunto con presunta inocencia.
-Scottex.
-¿Scottex? – respondo asombrado, ¿el nombre de una marca?
-Sí, como el anuncio de papel higiénico. – contesta sonriendo. – Como es la misma raza.
Que poco original pero a la vez sí, porque llamarlo así es raro.
-Y es una perra, no un perro.
-¿Ah, sí? – No puedo aguantar la risa. – Hola, Scottex. – La saludo entre risas. Me deja acariciarla, incluso me lame la mano cuando le acaricio el hocico. – Es muy bonita, toda blanquita como el papel higiénico.
-Sí.
-Yo me llamo Daniel, un nombre de humano.
-Yo Sara.

Hola de nuevo, ya todo esta bien.
Y nada, estaba ayer en la parada de autobús, esperando a que pasaran rapido los 13 minotos que quedaban para que llegase y se me ocurrio esto.
Se que me he pasado describiendo, ya se que no suele escribir así, o no se. Se que es diferente a lo que escribo, porque lo será. Pero es que ahora estoy escribiendo así. Solo espero no resultar mu repelente, porque por lo menos lo que escribi en el papel en la parada era más, más complejo, más descriptivo pero lo he dejado así. Espero que os guste.
Beaucoup bisses et chance. (^^)À bientôt.

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